28 de noviembre de 2008

UN AÑO Y NADA PARA FESTEJAR

Aunque cueste creerlo, Mauricio Macri resultó más torpe, menos audaz y más ignorante respecto a los problemas de ciudad de lo que se esperaba. A poco de cumplir su primer año de gestión al frente de la Capital Federal, sus primeros pasos al frente de uno de los presupuestos más importantes de la Argentina han significado la consolidación de una ciudad expulsiva en términos habitacionales, indiferente en aspectos sanitarios y educativos y carente de opción alguna para sus sectores más vulnerables.

“Riachuelo, Transporte, Villas, Teatro Colón, Turismo, Escuelas, Ambientes, Subtes, Chicos de la calle, Seguridad, Basura: una sola de estas que realices, Ingeniero Macri, y la próxima te voto”, sentenciaba el post de un lector del matutino La Nación apenas Mauricio Macri asumió la jefatura del gobierno porteño. Ahora falta poco para que se cumpla un año, y lo que fue una opción de cambio para más del 60 % del electorado capitalino, ahora comienza a resultar un desencanto. De hecho, esa debacle comenzó a ser estudiada por el macrismo desde que descubrió que su principal obstáculo radica en la falta de capacidad para asumir las negociaciones fundamentales que le permitan llevar adelante los faraónicos proyectos que necesita realizar para diferenciarse y consolidar su camino a la Presidencia de la Nación en 2011.

Por ahora, el macrismo parece la versión conservadora de la teoría kircherista del estado de elección permanente. No en vano las principales obras, basadas en la fórmula de asfalto + baches + gran cartelería publicitaria, se reproducen con más asiduidad en las zonas centro y norte de la ciudad, los barrios donde el PRO obtuvo la mayor cantidad de votos. Sin embargo, el otro barrio que definió su victoria fue Lugano, el barrio más pobre de la ciudad que aportó un enorme caudal de votos y que hoy, a un año de gobierno, sigue peor que antes.

Subtes, no. Policía y basura, sí.

El 2009 está cerca y hay urgencia por mostrar obras. La ampliación de los subtes no será posible y por ende ya no es un caballito de batalla electoral. Los que quedan son: la creación de la policía, la transformación del tránsito, la inclusión de colectivos articulados, la nueva licitación de la basura y una batería de proyectos de obra pública que serán jugosos negocios y que le permitirán al gobierno PRO seguir diferenciándose con obras que considera de alto impacto para lograr la aprobación de los porteños. Pero nada será posible si no tiene financiamiento, algo que el macrismo tiene cada vez menos.

En ese escenario, los macristas también ha demostrado que uno de los peores obstáculos para sus hombres son las leyes porteñas, que en muchos casos indican todo lo contrario a lo que desea Macri, y su aplicación termina con graves desgastes judiciales y legislativos. Un costo alto, pero que parece que el macrismo está dispuesto a pagar hasta que aprenda a utilizar los resortes del poder de una forma menos tosca, más operativa y que le reporte más beneficios que desgastes. Para la CTA, las pricipales características del primer año de Mauricio en el poder son: “la violación a la independencia del Poder Judicial, la existencia de proyectos de cierre de talleres y hospitales, desalojos, institucionalización de niños, recorte de becas, precarización de trabajadores públicos y deterioro en la cantidad y calidad de viandas y raciones a comedores escolares".

Mediante un comunicado entendieron que "el hilo conductor de este gobierno es el corrimiento de un Estado garante de derechos hacia el formato neoliberal del Estado gerente de negocios". Para el titular de la CTA Capital, Fabio Basteiro, "sin lugar a dudas Macri utiliza esta ciudad como plataforma para el lanzamiento nacional, pero los trabajadores de la salud, de la educación, los compañeros de los centros culturales en barrios y las organizaciones territoriales, siguen discutiendo y peleando un modelo de ciudad diferente".

El problema es que ese modelo todavía no salió a la luz y precisamente por esa falta de definiciones claras, fue que Macri logró crecer gracias a los desaciertos de sus antecesores. Gracias a esa ausencia, el macrismo tiene un amplio espacio donde seguir avanzando y construir consenso a partir de las peores características de la clase media porteña. Es decir, del miedo, la inseguridad y el espanto que provoca el temor a que la crisis recrudezca y pulverice en poco tiempo los atributos que tanto le costó reconstruir.

Es posible que la clase media porteña sea más democrática que hace diez años atrás, pero el incremento de su xenofobia ya resulta inocultable. El referente de esos ciudadanos asustados se llama Mauricio Macri y desde que ganó las elecciones como jefe de Gobierno de la ciudad, no ha hecho otra cosa que enriquecer su relación con ese electorado a cualquier costo y sobre las espaldas de quienes menos tienen, justo aquellos a los que el Estado porteño ha comenzado a cerrarle las puertas.

Por Carmelo Paredes

Publicado por Zoom|27-11-08


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MEDIA SANCION PARA LA LEY QUE IMPULSA UN LENGUAJE NO SEXISTA

Por unanimidad, el Senado dio media sanción a un proyecto de ley que busca visibilizar a las mujeres a través del lenguaje de la administración pública nacional. La iniciativa, que ahora pasará a la Cámara de Diputados, fue impulsada por la kirchnerista Marita Perceval para eliminar el lenguaje sexista. Para ello, establece que el Consejo Nacional de la Mujer, junto con un consejoasesor formado por integrantes de ONG y de la Academia Nacional de Letras–este último organismo no estaba en el texto original y fue incorporado en la discusión en el recinto–, elabore un Manual de Estilo con perspectiva de género para que se use en las producciones escritas de todos los niveles del Gobierno.

“Con este proyecto de ley buscamos una salida de este lenguaje tan masculinizado que se usa tanto en la administración como en las relaciones personales”, sostuvo Perceval al defender la propuesta.

Meses atrás, cuando este diario lo dio a conocer, la Academia Nacional de Letras había expresado su rechazo. “No coincidimos. Por supuesto, hay que decir presidenta si es mujer y no presidente, pero consideramos que es correcto y está dentro de la normativa del español decir, por ejemplo, ‘los hombres’, ‘los diputados’ o ‘los docentes’ y en esos términos se engloba a mujeres y varones”, había dicho Alicia Zorrilla, secretaria general de la entidad.

Al proyecto le costó siete meses llegar al recinto. El hecho de que quedara relegado no es casual, dijo la presidenta de la Comisión de Población y Desarrollo Humano, Silvia Ester Gallego, donde había obtenido dictamen favorable en marzo. “El lenguaje es parte de la construcción del poder y esto que nos ha pasado, que este dictamen demorara tanto tiempo en bajar al recinto, tiene que ver con ello”, apuntó Gallego durante la sesión.

Perceval explicó que la iniciativa apunta a dar cumplimiento a recomendaciones de la Unesco. “El lenguaje tiene que expresar no sólo la realidad existente sino, también,la sociedad que queremos construir”, destacó. Contó que le han llegado invitaciones del Senado en las que la nombran como ‘senador’ o de alguna fundación que le aclaran que puede ir acompañada de ‘su esposa’.

Los ejemplos, claro, despertaron risas. “No estamos pidiendo que se fuerce el lenguaje, ya que en el idioma español nada se opone –ni fonética ni gramaticalmente– para decir un sustantivo en femenino. Al respecto, la resistencia mayor no es de orden lingüístico sino cultural”, añadió.

El senador Daniel Filmus, del Frente para la Victoria, adelantó su voto positivo y señaló: “Quiero decir que no es un tema feminista ni que sólo incumba a las mujeres. La discriminación por el lenguaje es un tema ideológicoque nos incumbe a todos porque se trata de un asunto vinculado con los derechos humanos, que es algo central y fundamental para nuestra cultura”.

Todos los bloques apoyaron el proyecto. Hay antecedentes de iniciativas similares en otros países, como en España.

El proyecto establece que el Poder Ejecutivo nacional se compromete a:

# Eliminar todo tratamiento sexista en su producción escrita.

# Impulsar, a través del Ministerio de Educación, la enseñanza y utilización de un lenguaje no sexista.

# Invitar al Poder Judicial “a rever los tratamientos sexistas dados a sus integrantes, así como sus actuaciones escritas” y a adherir al Manual de Estilo que la misma ley ordena que se elabore.

# Fomentar el uso de un lenguaje libre de sexismo en los medios de comunicación. Los medios públicos nacionales deberán adoptar los criterios establecidos por el Manual.

La autoridad de aplicación de la ley será el Consejo Nacional de la Mujer. El organismo deberá redactar un Manual de Estilo del Lenguaje Administrativo con perspectiva de género, con la asistencia técnica de un consejo asesor integrado por organizaciones de mujeres y por la Academia Nacional de Letras. Este Manual deberá ser usado en los documentos de toda la administración pública nacional.

Por Mariana Carbajal

Publicado en Página12|24-10-08

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Entrevista exclusiva a Enrique Arceo "ESTA CRISIS PONE EN RIDICULO AL NEOLIBERALISMO"

Arceo se recibió de abogado en la UBA y de Doctor en Economía del Desarrollo en la Universidad de París. Investigador Asociado del Área de Economía y Tecnología de la FLACSO y Profesor Asociado en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, ha sido consultor de CEPAL e INTAL y es autor, entre otros, de El ALCA. Un nuevo pacto colonial; Argentina: de la periferia próspera al subdesarrollo; La nueva estructura exportadora y los dueños del poder económico; y La Argentina de los granos y la carne. Renta internacional, conformación del bloque hegemónico y formas de producción en la región pampeana. En una extensa charla con ZOOM, desarrolla un análisis pormenorizado de las causas y efectos de la crisis financiera global, su impacto en América latina, el rol de los movimientos políticos en la elaboración de salidas y la incidencia para nuestro país de la reacción del este asiático a esta debacle.

—La intención de esta entrevista es realizar una caracterización del impacto político de la crisis mundial actual. A modo de introducción, ¿cuáles cree que son las características más sobresalientes de esta crisis?

—Esta crisis es mucho más compleja que el simple estallido, en Estados Unidos, de una burbuja financiera centrada en el mercado inmobiliario. Se desarrolla favorecida por la fijación de una tasa de interés negativa durante la recesión de 2000-02, resultante del estallido de la burbuja centrada en la informática y las telecomunicaciones. El objetivo de esta tasa de interés negativa era impulsar la recuperación de la economía y evitar, en un contexto de un endeudamiento ya elevado de los hogares, un desplome aún mayor del mercado accionario. El efecto fue impulsar el préstamo hipotecario y el crecimiento del precio de los inmuebles, lo cual es potenciado por el desarrollo de nuevos instrumentos de crédito. Los bancos hacen “paquetes” con los títulos hipotecarios y transfieren esos créditos (y el consiguiente riesgo de cobro) al mercado, con lo cual los sacan de sus balances y pueden seguir prestando. Se trata de un negocio altamente rentable cuyo mantenimiento y ampliación exige, paulatinamente, el otorgamiento de préstamos sin ningún tipo de requisito de acreditación de ingresos por parte de los compradores o en los que durante los primeros años se pagan sólo intereses fijos, pasándose luego a pagar intereses ajustables y capital. La mayoría sabe que va a haber un momento en que no puedan pagar. Pero la expectativa es que el precio de las viviendas siga subiendo, lo que permitirá venderlas obteniendo una ganancia sobre lo pagado. Se genera así una avalancha crediticia; los bancos crean financieras a las que transmiten los paquetes de hipotecas, que se fraccionan en bonos, es decir en títulos que dan un derecho a la participación en los ingresos generados por las hipotecas y los venden a otros bancos y financieras, así como al público. Pero la economía se reactiva también en base al crédito al consumo. El aumento del precio de las casas incrementa el patrimonio de los hogares, que acceden a mayores créditos vía la obtención de segundas y terceras hipotecas sobre las casas, ampliación de los créditos de tarjetas de crédito, etc. El ahorro de los hogares se reduce a menos del 1% y se agiganta el endeudamiento de la economía familiar. Finalmente, cuando comienzan a incrementarse, ya en un contexto de tasas de interés más elevadas, los incumplimientos en el pago de las deudas hipotecarias y las ventas de casas se desaceleran como consecuencia del creciente desequilibrio entre su precio y el ingreso de los hogares, la burbuja estalla y con ella la cotización de los bonos hipotecarios, que constituían una porción importante del patrimonio de muchísimos bancos y entidades financieras. Al caer la cotización de los títulos hipotecarios, los bancos pierden capital y deben contraer el crédito y reequilibrar sus balances mediante la ampliación de su capital. Lo cual resulta, para muchos, imposible en estas circunstancias. Se produce así una crisis de crédito y, finalmente, una crisis de solvencia bancaria. Esto determina una contracción de la actividad económica y la crisis se amplía a los créditos de tarjetas de crédito, préstamos estudiantiles y de venta de automotores, que también han sido transformados en paquetes de títulos y fraccionados en bonos que integran los activos de múltiples entidades financieras de todas las economías centrales, adquiriendo la crisis un alcance mundial.

—La crisis ¿sólo pone de manifiesto la actitud aventurera de las entidades bancarias, fundamentalmente norteamericanas, en un marco de desregulación que hizo posible todas las maniobras?

—Yo creo que no. La recuperación de la tasa de ganancia en los Estados Unidos (y en el conjunto de los países centrales) tiene lugar, a partir de mediados de los ochenta, mediante un aumento del producto mayor al del capital, en el marco de un lento crecimiento del capital por obrero y de un crecimiento de la participación de los beneficios en el producto como resultado de salarios estancados y de la apropiación por el capital de los débiles incrementos en la productividad del trabajo. Esto dio por resultado una recuperación de la tasa de ganancia con reducidos niveles de crecimiento.

Sin embargo, a partir de 1995, la economía de los Estados Unidos crece más que la de los restantes países centrales. Lo hace apoyada en dos burbujas especulativas y el privilegio de poder sustentar un déficit externo creciente y de gran magnitud gracias al papel del dólar como moneda de reserva y como reserva de valor.

El hecho de que este crecimiento se dé bajo el impulso de burbujas no debe sorprender: el aumento de los beneficios en mayor medida que la inversión, determina la existencia de una plétora de capital en busca de oportunidades de ganancias financieras. Esto se traduce en sucesivas burbujas que asuelan durante los años ochenta y buena parte de los noventa a la periferia y ahora a la mayor economía del mundo. El punto de partida es un sector de la economía que presenta condiciones excepcionales de rentabilidad (el sector de las telecomunicaciones a partir del ‘95, el inmobiliario, luego), cuyo crecimiento acelera la expansión de la economía. Paralelamente se produce un rápido incremento de la especulación financiera, con el consiguiente aumento de las cotizaciones bursátiles y del precio de los bonos y una acelerada expansión del consumo y del crédito a éste como resultado del “efecto riqueza” derivado de la elevación del precio de los activos financieros. Hasta que la sobreinversión en el sector líder determina, finalmente, el comienzo del derrumbe.

Pero lo que interesa destacar es otro aspecto de este proceso. En ambos ciclos, aunque en distinta medida, se produce una elevación de la inversión ligada a una caída de la tasa de beneficios que tiene lugar en 1997 (aunque el ciclo expansivo dura hasta el 2000) y, luego, en 2006. Por una parte,el producto tiende a crecer menos que el capital y, por otra, los salarios tienden a aumentar, disminuyendo la participación de los beneficios cuando el desempleo es aún del 4%. Esto remite, en definitiva, a un insuficiente crecimiento de la productividad cuando aumenta la inversión de capital por obrero.

—Se trata de un problema estructural y no coyuntural.

—Exactamente. Los crecimientos de productividad se producen, fundamentalmente, en un sector muy restringido de la economía (la producción de maquinaria, incluida electrónica y bienes de consumo durable) y la caída del precio relativo de sus productos no genera, al menos con la distribución del ingreso existente y el actual grado de internacionalización de su producción, una expansión de la demanda capaz de ampliar sustancialmente el campo de la inversión real. Esta ampliación se da en el marco de burbujas y, cuando ello ocurre y se expande la inversión, la economía choca con el debilitamiento de la tasa de ganancia resultante de un aumento insuficiente de la productividad en la economía en su conjunto. Esto significa que el problema que enfrentan las economías centrales es mayor que la superación de la crisis.

Esta se resolverá en un plazo más o menos largo y tendrá, seguramente, una profundidad elevada. El sector financiero, no sólo norteamericano, deberá reestructurarse y ello determinará una mayor concentración y centralización de éste, pero también el desarrollo de mayores controles tendientes a evitar burbujas de similar magnitud.

En el caso norteamericano, además, se producirá un ajuste importante en la tasa de crecimiento del consumo, dado el insostenible nivel de endeudamiento de los hogares y esto supondrá, probablemente, que Estados Unidos tendrá, al menos en el mediano plazo, tasas de crecimiento similares a las de los otros países centrales. Es decir, tasas mediocres, dados los límites que impone la tasa de ganancia a la elevación de la inversión y cuya superación implica modificaciones en la dinámica de la acumulación que van mucho más allá de la resolución de la actual crisis.

—¿Este descenso en la tasa de crecimiento de los Estados Unidos implicará la aceleración de su pérdida de peso relativo en la economía mundial?

—No solo eso, sino también una crisis del modelo global de crecimiento de los últimos quince años, en el que el exceso de demanda de Estados Unidos y su consiguiente déficit externo se traducía en un impulso al crecimiento liderado por las exportaciones de la Unión Europea, y en especial Alemania y del Este de Asia.

Estas regiones van a tener que pasar a un modo de acumulación centrado en mayor medida en el mercado interno o experimentarán, sobre todo en el caso de China, una notoria desaceleración. El Este de Asia, en especial, basaba buena parte de su dinámica en lo que se ha dado en llamar el segundo Bretón Woods, donde el desequilibrio externo de los Estados Unidos era financiado por los grandes exportadores a fin de mantener la tasa de expansión de sus ventas. Una menor tasa de crecimiento de mediano plazo de los Estados Unidos va a limitar tanto el desequilibrio externo como el crecimiento de sus importaciones, independientemente que, tras la crisis, haya un rebote importante en su crecimiento facilitado por la caída de los salarios y el aumento de la desocupación. Se trata de un escenario que, además, puede ser notoriamente agravado por la aplicación de políticas más proteccionistas por parte de Estados Unidos.

—¿Y cuál sería la repercusión en las economías periféricas proveedoras de China, como la nuestra?

—Un caída del crecimiento chino, que hasta ahora no se produjo en términos significativos, arrastrará a las economías que, como la argentina, son fuertemente dependientes, directa o indirectamente, de su demanda de alimentos y materias primas y además generará una fuerte presión sobre las economías periféricas exportadoras de manufacturas, que deberán enfrentar, en un contexto recesivo, una competencia acrecentada.

—Relacionado a esto, vemos que tiene poca prensa el impacto de la crisis en China, ¿esto se debe a un manejo político?

—En China ya cayó la tasa de crecimiento del 12 al 9%, lo cual no es una caída excepcional, pero sus exportaciones han experimentado ya una fuerte desaceleración y ha tomado medidas muy fuertes para neutralizar, en alguna medida, su impacto: baja de la tasa de interés, incremento del crédito y un plan de casi seiscientos billones de dólares, cuya magnitud es evidente si se compara el tamaño de su economía con la norteamericana y que el sonado rescate financiero de Estados Unidos es de 700 billones de dólares. Este plan está orientado al mejoramiento de la infraestructura (condición indispensable para la efectiva unificación de su mercado interno) y aparentemente a la mejora de la educación y la salud, sobre todo en las áreas rurales. Esto, creo, se relaciona no sólo con la crisis, sino también con la orientación adoptada en el último congreso del PC en el sentido de achicar la creciente brecha entre el campo y la ciudad y extender a las áreas rurales la seguridad social. También, me parece, se orientan en la misma dirección ciertas medidas, como la sanción de una nueva legislación laboral a nivel nacional que establece indemnizaciones por despido, eleva el salario mínimo, regula en mayor medida las condiciones de trabajo, etc. y la exhortación, en la zona costera, a la creación de sindicatos no controlados por el partido y orientados a defender los derechos de los trabajadores frente a sus empleadores. Todo esto tiende, creo, no sólo a un mayor equilibrio social sino también a un paulatino cambio del eje de crecimiento hacia el mercado interno, el cual es acompañado de crecientes críticas a la política de las transnacionales, a las que imputan no transferir tecnología y de un ambicioso plan destinado a la creación de tecnología local.

Ahora bien, incluso si esta es la intención, el cambio de eje del crecimiento no va a ser ni fácil ni rápido. El crecimiento chino se apoya en una tasa de ahorro del 40%, con la cual, más las inversiones extranjeras, alcanza un crecimiento del 10 u 11% anual, y el gobierno chino estima que necesita un crecimiento mínimo del 8% para que no se produzcan graves desequilibrios en el mercado de trabajo. Por lo tanto, no cabe esperar una brusca reducción del ahorro a favor del consumo de bienes industriales relativamente sofisticados (lo cual sería una salida para la capacidad excedente que se va a crear en el sector exportador), ya que la disminución de la brecha ciudad-campo requiere que el estado se apropie de ahorros urbanos y los transfiera al campo, respecto al cual ha tomado importantes medidas destinadas a aumentar la producción.

Resumiendo, si el gobierno chino perdura en esta línea, que sin duda va a ser reforzada por la crisis, es probable que la tasa de crecimiento de mediano plazo baje, lo cual va a tener un impacto sobre el resto de la periferia más allá de la actual crisis.

—¿Qué se entiende hoy por periferia?

—La periferia ha estallado en los últimos 30 años. Hoy tiene un núcleo dinámico, periférico pero dinámico, en el sudeste asiático, que está inserto en una nueva división del trabajo en el plano internacional. Es una nueva división interindustrial del trabajo internacional, en la que estos países luchan duramente por aumentar la sofisticación de sus exportaciones por estar sujetos a un deterioro muy fuerte de sus términos del intercambio. La periferia inserta en la anterior división del trabajo –productos primarios por industria– principalmente América Latina y África, es, en términos globales, la gran perdedora de este período, aunque en los últimos años se ha visto beneficiada por el boom en el precio de las materias primas y de los alimentos. Creo que lo que está sucediendo al respecto en este terreno pone de manifiesto, por otra parte, un fenómeno muy relevante. Hasta el año 2007, la demanda de China e India, pero también el rápido crecimiento de la economía mundial en su conjunto, eleva los precios de los alimentos y las materias primas, pero éstos no superan el nivel de otros períodos de término de intercambio favorables. Sin embargo, a medida que se desinfla la burbuja del inmobiliario se crea un nueva burbuja como resultado del desplazamiento de capitales especulativos a los mercados de futuro de bienes primarios, generando aumentos de hasta un 50% de sus precios. Muchos se apresuraron a anunciar una nueva etapa histórica, extremadamente favorable para los productores primarios. Sin embargo, no bien se complicó la situación financiera, estos capitales se retiraron, generando, aún antes que la demanda experimentase cambios significativos, una caída que barrió con los aumentos experimentados durante 2008, provocando luego descensos suplementarios por la amenaza de recesión mundial. Esto demuestra que muchas de las expectativas sobre que la demanda china cambiase la suerte de estos países eran ilusorias.

En general, los fuertes giros en los términos del intercambio duran menos de cinco años, el tiempo que la producción tarda en expandirse lo suficiente, aunque en las presentes circunstancia, en el mediano y largo plazo, el petróleo puede ser una excepción.

—¿Cuál cree que será el impacto de la crisis en América Latina?

—Va a depender, en gran medida, de la duración de la crisis. Si la fase aguda de la crisis dura dos o tres años, en nuestra región habrá una contracción de las tasas de crecimiento y, muy probablemente, para bastantes países, crecimiento negativo, deterioro de las condiciones sociales y no mucho más. Esto significa la agudización de los conflictos. Hace unos días leí una entrevista a Eric Hobsbawm, en la que le preguntaban qué impacto tendrá la crisis. Él afirma más o menos lo siguiente: si yo miro la crisis del ’30, hubo un viraje hacia la izquierda en Estados Unidos y un viraje hacia la derecha en todos los países del centro. Él dice que teme que esté pasando lo mismo ahora, ya que lo que se ve en Europa es xenofobia, avance de los partidos de derecha, intentos para defenderse cada uno y echar a los extranjeros, etc. En nuestra región, la crisis del ’30 generó otras cosas. Un frente popular en Chile, por ejemplo, pero no podría decirse que fue un avance de las izquierdas latinoamericanas. Pero esa etapa duró mucho, casi 15 años, si se tiene en cuenta la interrupción del comercio por la guerra. En ese tiempo surgieron muchos nuevos actores que van a eclosionar en la posguerra con el surgimiento de diversos movimientos populistas en América Latina. Lo mismo pasaría ahora si la crisis fuera de similar profundidad y extensión.

Si la crisis es, en cambio, relativamente corta, como es probable, va a haber crecientes conflictos sociales pero sin posibilidades de cambios estructurales y de surgimiento de nuevos actores. Además, uno cosecha lo que siembra, y la izquierda latinoamericana ha sembrado más bien poco en los últimos años, sobre todo en nuestro país. No ha denunciado con suficiente fuerza las implicancias de un proyecto que pretende hacer descansar el crecimiento en la producción primaria, los límites que tiene la burguesía para imponer un programa alternativo, y no ha generado un programa de transformación económica y social que le permita capitalizar la crisis.

No soy, por consiguiente, optimista en lo inmediato. Y sin duda va a haber problemas muy graves en Venezuela y Bolivia, pero también, aunque de magnitud menor, en el resto de la región. Y me parece que en varios países la derecha tratará de capitalizarla.

La crisis obliga a un reacomodamiento de las fuerzas sociales pero esto no significa que el mismo sea, necesariamente, favorable para las fuerzas populares.

—¿Cuáles cree que son o van a ser los principales campos de disputa de la derecha en nuestro país?

—A mí me preocupa el clima ideológico que es capaz de generar. Ya lo vimos con el conflicto del campo y ahora se ve con las AFJP: “Yo lo que quiero son mis fondos, yo lo que quiero es mantener la renta”. De todas maneras, hay que reconocer acciones en el sentido contrario, pero todavía no veo el salto de las broncas populares a los proyectos políticos. Y las broncas pueden terminar en fascismo, eso ya lo sabemos. Entonces el asunto es como se procesan las broncas genuinas y cómo ganamos el sentido común, pero hemos avanzado poco en esa dirección pese a una realidad propicia para intervenir en ese plano. Esta crisis, de todos modos, con el salvataje desesperado del capital financiero por el estado, pone en ridículo al neoliberalismo, demostrando que en definitiva los beneficios son para el capital y las pérdidas son para la sociedad. Esto debería ser un detonador, pero solo puede ser detonador en un discurso que ponga de manifiesto esto y que a la vez ofrezca salidas. Pensar que la salida es espontánea, que automáticamente las masas procesan esto, no es cierto. Ahí está el papel que deben jugar los movimientos, los partidos políticos y los intelectuales.

—Volviendo al plano internacional, vemos cómo en las últimas décadas se fortalecieron organismos supranacionales representando bloques o alianzas. ¿Cuál va a ser el papel del Mercosur en esta crisis?

—A mí me gustaría poder responder que se fortalece lo regional y pasamos a nuevas políticas. Yo tengo muchas dudas, sobre todo por el reciente viraje de Brasil, y la posición que tuvo de dejar pedaleando a Argentina en la ronda de Doha. Ahí apoyó la posición de Estados Unidos buscando entrar al mercado norteamericano, aún a costa de sacrificar sectores de su industria, suponiéndola suficientemente fuerte para no ser arrasada completamente. Brasil está haciendo una apuesta muy grande a su capacidad de producción de biocombustible a partir de la caña de azúcar, ya que todavía tiene una frontera agraria a expandir y esta es una diferencia fundamental con la Argentina. En estas condiciones, yo estaría muy atento a lo que pase con la política energética de Estados Unidos. Mc Cain planteaba liberar la entrada de biodiesel, para bajar los costos de la energía y limitar la dependencia. Obama no dijo que no a esta opción, aunque sumó diversas alternativas. Y esta es una gran carta para Brasil.

Frente a esto, hay proyectos muy claros, como el de Venezuela, que pretende el pasaje del Mercosur de un mercado común a un proyecto común de desarrollo. En lo inmediato, el peso de Brasil es decisivo y por eso impulsa la conformación de UNASUR, pero desde una política que procura consolidar el predominio brasilero sobre América Latina y desde esa posición negociar con Estado Unidos. Esta no es, evidentemente, la estrategia de los otros países, y esta es una tensión real cuyo desenlace depende, en buena medida, de lo que pase políticamente en Brasil, que va a elecciones, y de cuál sea la política energética de los Estados Unidos. En términos estrictamente económicos y dejando de lado los discursos, Argentina está tratando de acomodar todo lo que puede los acuerdos del Mercosur para defender su industria. Uruguay pretende llegar a un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Paraguay busca aún su espacio. Esto es solamente superable en el marco de un proyecto de crecimiento conjunto en el marco de estrategias comunes de desarrollo.

—Pero hay escollos importantes para poder lograrlo. La volatilidad política de los países dificulta trazar estrategias a mediano plazo…

—Exactamente, pero además no hay sujeto interesado en esto, no hay burguesías nacionales que estén empujando este proceso. Y los gobiernos populares están realmente en situaciones volátiles. La resolución de las contradicciones dependerá de cómo se estructuren políticamente los sectores populares en la región. Depende de cuál sea su evolución. Si el PT va a seguir siendo lo que es hoy o si va a devenir un partido revolucionario. De cuáles sean las características que asuman los sectores populares en la confrontación política que hay en Argentina, etc... Estas son variables que nos remiten al plano político y para las cuales no creo que las condiciones económicas sean determinantes. Son los cambios de relaciones de fuerzas políticas internas y en la región en su conjunto, los que pueden determinar que en vez de romperse de hecho el Mercosur se genere un proyecto superador. Creo, en definitiva, en la necesidad de eliminar cualquier análisis reduccionista. Marx decía que los hombres hacen la historia en condiciones determinadas. Las condiciones cambian, pero cómo hacen la historia los hombres tiene que ver con lo político, lo ideológico, con las relaciones de las fuerzas sociales, con las construcciones históricas.

Por Francisco Basualdo
Publicado en Zoom|19-11-08

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3 de noviembre de 2008

NACIONALIZACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS

El Capitalismo Privatiza Ganancias y Socializa Pérdidas

Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Japón, Canadá, Italia, España, Rusia. Uno tras otro los gobiernos de los ocho países más desarrollados nacionalizaron, de hecho, los depósitos bancarios, lo que los puso al borde de la nacionalización lisa y llana de la banca, algo que ya hicieron Irlanda e Islandia.

¿Qué significa nacionalizar los depósitos? Que el Estado asume el rol de prestamista de última instancia. ¿Qué significa nacionalizar la banca? Que el Estado se convierte en el único banquero. Los miembros del G-7 no están lejos de dar ese segundo paso. Y no se puede descartar que alguno de ellos se vea obligado a darlo en algún momento.

Organizada con la complicidad de los gobiernos de Ronald Reagan y de los Bush (que suman veinte años en la Casa Blanca) la fiesta fue un cóctel de codicia, imprevisión, aventurerismo e irresponsabilidad, que en los últimos años puso a Wall Street al servicio de la especulación, divorciándola de la economía real.

Si la pregunta es quién pagará los platos rotos, la respuesta es simple: los pagará el bolsillo anónimo de la mayoría, el que siempre paga, el verdadero prestamista de última instancia.

En la era de la globalización, Europa y en menor medida Japón siguieron el juego de Estados Unidos. Las leyes reguladoras de cada país y las propias Normas de Basilea (que establecen límites al accionar de los bancos y determinan una correspondencia mínima entre depósitos y préstamos) fueron burladas a ojos vista. Todo en nombre del mercado, de la libertad, de la igualdad de oportunidades.

La realidad se encargó de mostrar la falsedad de esos presupuestos. Cuando un banquero irresponsable toma riesgos indebidos y quiebra, lo socorre el rescate multimillonario de George Bush, pero nadie rescata la hipoteca de un trabajador. Si no puede pagar, pierde su casa.

El Estado garantiza los depósitos, no los empleos; cubre el riesgo implícito en la libertad de invertir, no el riesgo de quedarse sin trabajo por los despidos masivos, producto de la crisis.

Siempre fue así. Y hace unos siglos era peor, groseramente clasista. En Inglaterra el deudor plebeyo iba a la cárcel mientras que el deudor aristócrata se retiraba a su casa de campo.

Esto es lo que hacen los Estados. Esto es lo que hacen los gobiernos. Esto es lo que hacen las clases dominantes. El capitalismo es el único sistema que privatiza las ganancias y socializa las pérdidas.

Muy probablemente un gobierno demócrata vendrá el año que viene a limpiar el establo que ensuciaron los republicanos. Abrirá las ventanas para ventilar; sacará los animales, barrerá y lavará. Después entrará los animales y cerrará las ventanas. Y seguirá siendo el mismo establo.

Nadie puede esperar razonablemente que el capitalismo se niegue a sí mismo y se rectifique tantas veces como sea necesario hasta convertirse en un sistema más humano, igualitario, solidario, donde cada quien aporte lo que esté a su alcance y obtenga a cambio lo que necesita para vivir con dignidad. El socialismo real no pudo hacerlo; el capitalismo sabe que moriría si lo intenta.

Tras la caída del Muro de Berlín el capitalismo central instaló la utopía tecnológica, su propia revolución permanente, que conduciría al progreso indefinido vía globalización, esa panacea dirigida por Estados Unidos que nos permitiría construir el mercado único mundial. Y éste, que debería abatir todos los nacionalismos, seculares o religiosos, nos llevaría al cielo.

Ahora que cayó la Calle del Muro, ¿no siente, lector, un poco de nostalgia por las cosas en las que creíamos cuando éramos jóvenes e inmortales?

Por Norberto Colominas
Buenos Aires Económico|14-10-2008
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22 de octubre de 2008

DOMADORA DE TEMPESTADES

LA MINISTRA DE SALUD, GRACIELA OCAÑA, SE MANTIENE A FLOTE PESE A TODO

Es una surfista en la tor­menta", dijo un funcio­nario de este Gobierno, sumido en la interna que protagonizan Graciela Ocaña y Héctor Capaccioli, el presi­dente de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS).

La ha­bilidad cuasi profesional de mantenerse a flote refiere, ob­viamente, a la ministra de Sa­lud, aunque no le alcance para escaparle a esa especie de calva­rio en que se convirtió su rela­ción con Capaccioli, a esta altu­ra personalizado por muchos como "el Moreno de Ocaña".

Pe­ro también es necesario leer los gestos de la Presidenta cuando designa al nuevo gerente gene­ral de la SSS, Diego García de García Vilas, que responde a la ministra, al tiempo que recon­firma al propio Capaccioli co­mo número uno del organismo. Su renuncia fue rechazada cada vez que la presentó, contra los rumores de partida de Ocaña, que flotaron como pólvora en el aire.

Para ella, la semana será corta pero agitada: los principa­les organismos nacionales del área iniciarán medidas de fuer­za, con paros por 48 horas en respuesta a lo que definen co­mo un sistema de salud colap­sado.

El ministerio maneja un pre­supuesto deslucido, pero no es menos cierto que desde que asumió, el 10 de diciembre últi­mo, su titular nunca logró des­pegar de las internas; algunas reales y otras tantas contra fan­tasmas que cree ver.

La presen­cia de algunos equipos hereda­dos de su antecesor, Ginés Gon­zález García, la sumió durante algún tiempo en asperezas que podrían haber sido evitables, y lo que algunos consideran co­mo una profunda desconfianza por los que la rodean suele en­tramparla en los vericuetos de la gestión.

Más allá de los respaldos presidenciales, no pocos se pre­guntan por el futuro de Ocaña. Una alta fuente del Gobierno respondió enigmático que "hay que esperar al 10 de diciembre", fecha en que podrían producir­se algunos cambios en el gabi­nete.

Desde que reemplazó a Alberto Fernández, la mirada de Sergio Massa suele recaer en el funcionamiento del ministe­rio y, sobre todo, en los movi­mientos de su titular.

Otros creen que a Graciela Ocaña la sostiene no sin difi­cultad Néstor Kirchner, quien durante su gestión supo exhi­birla como una especie de tro­feo. Una joya arrancada del co­razón del ARI. No fueron ca­suales los dichos, recientes de Elisa Carrió cuando sugirió que la funcionaria "tendría un lugar" en un eventual gobierno suyo, si accediera a la Presiden­cia en 2011.

A Carrió le llegó el eco de los desvelos que padece su ex compañera de luchas, asfi­xiada por las internas, las acu­saciones de Capaccioli por el nombramiento de Sebastián Forza, una de las tres víctimas de la masacre de General Ro­dríguez, como presidente del comité de acreedores del Hos­pital Francés.

Si en algún momento se eva­luó una deserción de Ocaña, fue el propio Kirchner quien se en­cargó de desechar la idea. Fuen­tes cercanas al matrimonio confiaron que el Presidente no está dispuesto a aceptar la idea de que funcionarios de primera línea peguen el portazo, para dejar flotando la sensación de un Gobierno sospechado de co­rrupción. Mucho menos cuan­do ese funcionario presenta un halo de integridad que ya dio sus frutos en el PAMI.

De todos modos, a nadie le es ajena la re­lación fluida que Kirchner mantiene con el superintenden­te de Salud, y a 1a hora de acomodar las fichas en el tablero, esa reciprocidad pesa.

Hoy, la pregunta del millón es cómo piensa resolver la mi­nistra la crisis de los organis­mos de salud dependientes de Nación y que esta semana atra­vesarán la séptima medida de fuerza en reclamo de un au­mento salarial, desprecariza­ción laboral, cumplimiento con la paritaria sectorial, jubilación del 82 % móvil y efectivización de la carrera sanitaria, un pedi­do del sector, con años de in­movilidad.

Los médicos y profesionales de la salud del Hospital Posa­das, nucleados en la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (Cicop-CTA) junto con los profesionales del Instituto Malbrán y los institutos nacio­nales iniciarán este miércoles un paro de 48 horas. El vicepre­sidente de la Asociación, Luis Lichtenstein, explicó a este dia­rio la urgencia de tomar "medi­das de acción. En el Hospital Posadas tenemos una guardia sobrecargada, 6 profesionales que deben ser pasa­dos a planta permanente. Se es­tá atendiendo una demanda de tres millones de personas, y los problemas se acrecientan por el deterioro".

Lichtenstein lamentó el exi­lio de profesionales de los hos­pitales del Estado a la actividad privada. "En definitiva, el Esta­do termina formando personal para las instituciones privadas. A esto hay que sumarle la ine­xistencia de una red sanitaria de coordinación de sectores:'

Aun los afines a la gestión Ocaña no encuentran explica­ción lógica al hecho de que el ministerio no pueda apagar los frentes de incendio, cuando presenta capacidad suficiente para sostener una veintena de programas sanitarios y el ambi­cioso Plan Nacional Argentina Saludable, de prevención de en­fermedades crónicas no trans­misibles. Ese desdoblamiento desencaja a propios y extraños.

Flavio Vergara, delegado de ATE del Instituto Malbrán, sos­tuvo que "hace años peleamos por la carrera profesional de sa­lud, creada en 1991, pero nunca avanzamos. Pareciera que la ministra está ocupada confron­tando con otros. No nos atien­de".

Vergara no encontró mayo­res explicaciones a la situación, "sobre todo porque Ocaña está de acuerdo con la carrera sani­taria y los escalafones para pro­fesionales. Ya lo hizo en PAMI, pero no avanza en esta discu­sión ni en la de los contratados que esperan pase a planta".

El escándalo estalló en me­dio del triple crimen de General Rodríguez, cuando quedó al descubierto que apenas unos 11 inspectores del Instituto Nacio­nal de Medicamentos, el orga­nismo encargado del control de los fármacos, se encargan de fiscalizar los laboratorios de to­do el país. Pese a que es un área de alta responsabilidad, el per­sonal permanece contratado.

En la misma situación se en­cuentran la directora del Cen­tro de Control Biológico del Malbrán, el jefe de Servicio de Control de Vacunas Microbia­nas y Virales, la directora del Instituto de Enfermedades Res­piratorias, el responsable del área de control de enfermeda­des de transmisión sexual y el de Antibiograma,

"Para atender con dignidad, debemos trabajar con digni­dad", concluyó una vocera del Iname. Graciela Ocaña no hace oídos sordos a lo reclamado. Son objetivos férreos diseñar programas similares a los que propone el Banco Mundial, me­jorar las estadísticas sanitarias y modernizar la salud.

Sólo le pi­den que no maneje las políticas públicas tapando el sol con las manos.

Por Roxana Sandá

Publicado por Miradas al Sur| 12-10-2008

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¡¡REGRESA EL ESTADO!!



PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN ANUNCIANDO
LA FINALIZACIÓN DEL SISTEMA DE AFJP

Muy buenas tardes a todos y a todas; señores gobernadores, señores legisladores; señores dirigentes sindicales; señor Secretario General de la CTA; señor Secretario General de la CGT: en principio pedir disculpas a todos ustedes por estar aquí muy apretados en esta carpa, pero fue una decisión de esta presidenta que este acto tuviera lugar aquí, en el ANSES, no es una casualidad, no es un capricho, es simplemente la decisión de también a través de lo simbólico saber que hoy estamos decidiendo sobre el patrimonio de los jubilados de nuestro país, y el patrimonio de los jubilados de nuestro país no tenía por qué estar en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, tenía que estar aquí en el ANSES, en su natural lugar. (APLAUSOS)

Creo que fue más que explícita y contundente la exposición de motivos formulada por el titular del ANSES, pero permítanme compartir con ustedes en esta tarde algunas reflexiones, la primera, la decisión que hemos tomado. He leído por allí algún comunicado, alguna declaración en cuanto a por qué así de repente esta decisión, es como si de repente un día, en un mundo donde todo está normal y maravilloso, y en un país en el cual tenemos una historia de mucha tranquilidad en todos los frentes, alguien se levanta intempestivamente y decide tomar una medida de esta naturaleza, creo que es obvio el contexto internacional y nacional en el que se adopta una decisión, que sin lugar a dudas, es de carácter estructural, tan estructural como la que se tomó en 1.994, claro que en otro marco nacional y mundial, el neoliberalismo, el repliegue del Estado era total y absoluto. Hoy en el mundo una vez más, cuando vemos que aparecen las pérdidas es cuando vuelve a aparecer nuevamente la figura del Estado para hacerse cargo de todo, como siempre además ha sucedido en la historia de la economía de la humanidad, por lo menos en los últimos dos siglos, y como también ha sucedido aquí en la Argentina, mucho más reciente en el año 2001, cuando el Estado finalmente tuvo que hacerse cargo absolutamente de todo el desmanejo de políticas en las cuales se presuponía que el mercado y la teoría del derrame llegarían a todos.

Estamos entonces adoptando esta decisión en un contexto internacional donde los principales estados integrantes del G8 y del no G8 también, están adoptando una política de protección hacia bancos, como bien señalaba recién Boudou, en este caso nosotros hacia nuestros jubilados y nuestros trabajadores, pero lo cierto es que aquel discurso, aquel relato que inundó comunicacionalmente nuestras vidas y las de todo el mundo, se ha desmoronado estrepitosamente, y una vez más el Estado, las naciones, las que siempre permanecen, desaparecen bancos, desaparecen empresas, pero ahí están los estados para hacerse cargo finalmente de políticas que, como recién Boudou hablaba, pueden ser calificadas con buena fe de erróneas, pero que yo me atrevo a calificarlas sin lugar a dudas de políticas de saqueo. (APLAUSOS)

Todas las grandes crisis en nuestro país y en el mundo han representado una fenomenal transferencia de ingresos de los sectores menos favorecidos, de los más vulnerables, llámense trabajadores, llámense pequeños ahorristas, llámense jubilados, llámense pequeñas empresas, a favor siempre de las grandes concentraciones económicas.

Estamos sinceramente creo ante un final de época a nivel mundial y creo que esto que hoy estamos haciendo aquí es una decisión estratégica en este marco internacional, pero también en esta situación nacional que tenemos, no ya desde ahora sino desde 1.994, y que ha venido profundizando tal cual lo ha marcado el señor titular del ANSES en cuanto al régimen de capitalización. Yo le agrego algunas otras perlas de las cual él se olvidó, tal vez porque como tenía que hablar la Presidenta quiso ser más breve, pero seguramente cuando vaya a hablar con los diputados y senadores podrá explayarse.

Podríamos hablar por ejemplo de sistemas tan sofisticados en este mercado de la capitalización que permitía que algunos no pagaran Impuesto a las Ganancias, aquellos que mayor capacidad de ahorro porque mayores ingresos tenían no pagaran por ejemplo a la AFIP el Impuesto a las Ganancias y lo capitalizaran en una renta vitalicia aparte de la obligatoria del Sistema de Capitalización y de esta manera hacer un doble despojo, porque también se le sacaban fondos a la AFIP, que en definitiva es al Estado, permitiendo un mecanismo de elusión, ustedes saben la diferencia entre la evasión y la elusión, la evasión es aquella que se hace violando la ley, la elusión es aquella donde la ley se crea para hacer la evasión, esta es la gran diferencia, la explican los abogados diferente, pero el resultado es este.

En definitiva, entre otras perlas, un sistema que evidentemente constituye un despojo y además una clausura a lo que ha sido la base de todo Sistema Previsional hoy en el mundo, la base de la solidaridad, porque presupone esencialmente la asociatividad de los trabajadores y de todos aquellos que perciben un ingreso, para poder hacer frente a la vejez y a los derechos de la pensión.

También escucho decir que el Gobierno quiere hacerse de una caja, yo quiero tener algunas precisiones respecto de esto: este Gobierno cuando decide tomar intervención en Aerolíneas Argentinas no lo hace precisamente pensando en la caja, lo hace pensando en nuestra línea de bandera, y en lograr la conectividad de todo nuestro país a lo largo y a lo ancho.

Nunca hemos especulado a la hora de tomar decisiones más allá de cuidar, como bien lo señalaba Amado Boudou el superávit fiscal, el tema de la caja; cuando tomamos la decisión por incumplimiento de contrato de hacernos cargo de la vieja Obras Sanitarias, Aguas Argentinas, que es la que provee agua y desagües cloacales a toda la Capital Federal y a toda la región metropolitana del conurbano, no pensamos en hacernos de caja, al contrario, pensamos en los sectores más vulnerables de la sociedad que son los que necesitaban esos servicios; cuando decidimos incorporar en la jubilación inclusiva a más de un millón y medio de argentinos y argentinas que habían quedado afuera de la protección previsional (APLAUSOS), porque recordemos que un millón y medio de argentinos no tenían protección jubilatoria y eso se debía esencialmente a dos cuestiones de carácter estructural: primero, a la desocupación, que fue el mecanismo de ajuste de la convertibilidad, la desocupación era fenómeno estructural a esa política económica y, la segunda, precisamente, fue la capitalización, porque quien no tiene trabajo no es atendido por ninguna AFJP, pero sí es atendido muchas veces por distintos organismos del Estado cuando va a pedir socorro o auxilio.

En ese momento tampoco pensamos en la caja, como tampoco lo hicimos cuando luego de años de congelamiento o descuento, aumentamos trece veces los haberes de los jubilados y los pensionados.
Tampoco pensábamos en la caja cuando por primera vez y para no quedar sujetos ya a la mano del presidente o presidenta de turno, consagramos legislativamente la movilidad jubilatoria a través del Parlamento argentino. (APLAUSOS)

Sí pensamos en la Constitución, en esa Constitución que dice que es el Estado el que debe garantizar las jubilaciones y las pensiones de los argentinos.

Pero yo les propongo otra hipótesis. Supongamos que esta Presidenta o supongamos que ese administrador piensan en la caja, ¿en qué caja pensamos? En la de la ANSES. Yo les pregunto a los que quieren seguir con el sistema de la AFJP: ¿a qué caja defienden o a qué caja quieren representar? (APLAUSOS)

Asombra realmente y sorprende escuchar determinadas argumentaciones como si la ANSES fuera de propiedad privada del señor Amado Boudou o de esta argentina que les está hablando. Sorprende porque, además, puede ser cotejada con todas estas acciones que nosotros hemos venido desarrollando en defensa de los jubilados. Pero no solamente porque tengamos convicciones éticas, sino porque estamos convencidos que, además, sostener trabajo, sostener salario, sostener jubilaciones, sostener pensiones es sostener la actividad económica que vuelve a retroalimentarse y permitir entonces que cada vez la geste pueda estar mejor. (APLAUSOS)

Yo quiero -y porque estoy muy interesada en que podamos debatir este cambio estructural que le estamos proponiendo a los argentinos y que sé que muchos dirigentes y militantes de otros partidos que no son el mío, han sostenido durante largo tiempo y pueden verse cientos de proyectos en el Parlamento argentino, precisamente pidiendo que se tome esta medida que hoy tomamos- que cuando debatamos este problema yo sé -y aquí permítanme apartarme un poco de mi rol de Presidenta y acordarme de mis tiempos de legisladora, acá hay muchos de ellos- que van a haber muchas presiones, de toda índole y naturaleza, porque son pocos los intereses pero grandes los dividendos. (APLAUSOS)

Creo, sinceramente, que los partidos populares y democráticos, aquellos que creemos en el Estado, aquellos que hemos dado muestras concretas de creer en el rol que debe cumplir insustituible e irremplazable el Estado, vamos a acordar que realmente estamos ante un verdadero cambio estructural estratégico de defensa de nuestros jubilados y de nuestros pensionados. Y por eso también, para aquellos que no piensan estas cosas del Estado, que todavía siguen aferrados al modelo neoliberal, creo que cuando las medidas estatistas las toma Estados Unidos, Francia o Alemania, son medidas simpáticas, inteligentes, pero que cuando las medidas en defensa del Estado se toman aquí, en casa, concretamente, otra vez aparecen los estatistas, otra vez aparecen los nostálgicos. (APLAUSOS)

Yo les pido a todos, a los partidos populares y democráticos que han tenido un discurso sobre esto, una práctica y plataformas, y a los otros, a los que piensan diferente, a los que critican acá lo que defienden en Estados Unidos o en cualquier otro país del primer mundo, que por única vez dejemos pensar cada uno en nuestro posicionamiento y pensemos en serio en el futuro de la República Argentina (APLAUSOS), porque esta decisión y esta elección que hoy estamos tomando trasciende a un gobierno, trasciende a un partido político, porque bueno es reconocer que otros partidos siempre pidieron que hiciéramos esto, y trasciende, esencialmente, a nuestra generación, a la generación de los que hoy nos toca estar sentados en la silla de un presidente, de una presidenta, de un gobernador, de una banca.

Esto tiene que ver con el futuro, esto tiene que ver con las próximas generaciones, esto tiene que ver con un mundo que ha cambiado definitivamente y exige también para nosotros, que repensemos qué país y qué modelo le planteamos a las futuras generaciones, no solamente un modelo económico. Porque el modelo económico y social que desde 2003 venimos llevando adelante, ha demostrado, pese a todos los agoreros, que realmente estaba en un sentido justo: mercado interno, sesgo exportador, diversificación, trabajo para los argentinos, buen salario, aumento de los trabajadores en la participación del Producto Bruto Interno.

Lo que ahora tenemos que acordar entre los argentinos es que este modelo se institucionalice políticamente para que no pueda volver a ser cambiado cuando, tal vez, alguna otra teoría, como la del Consenso de Washington dentro de unos años, encuentre comunicadores que le digan al país que todo lo público es horrible y que el Estado no sirve para nada. (APLAUSOS)

Tenemos que tomar también resguardos culturales y comunicacionales. ¿Por qué? Porque en un momento hasta habían convencido a casi todos los argentinos que el Estado estaba de más. Yo me acuerdo todavía, no en etapas democráticas, de propagandas donde alguien que se sentaba en una silla fabricada en la Argentina se caía y se rompía y cuando se sentaba en una silla fabricada en el extranjero era fantástica y maravillosa. Me acuerdo todavía cuando nos decían que los ferrocarriles no servían para nada y que era mejor cerrarlos, me acuerdo de muchas cosas.

Me acuerdo de cosas más recientes en la economía, porque saben qué, la globalización tiene una inmensa ventaja: antes uno para darse cuenta de los errores tardaba décadas o tal vez un siglo; la velocidad de las comunicaciones, la vertiginosidad de los cambios, producto de la misma globalización, es de tal magnitud que podemos comparar lo que ayer nomás parecía muy bueno y que finalmente se vio que no era tanto y que el Gobierno no estaba tan equivocado en algunas cosas que proponía, nada más hace unos meses atrás. (APLAUSOS)

Quiero con esto convocarlos a todos a la necesidad de que cuando abordemos los problemas de los argentinos, ya sea económicos o sociales en este mundo tan difícil que hoy nos toca vivir, lo hagamos sin prejuicios, tratando de despojarnos en la medida que podamos, porque siempre hay intereses, si no hay intereses económicos habrá intereses políticos y partidarios, pero tengamos en cuenta que si nos equivocamos, no van a pasar veinte años para que alguien venga a pedirnos cuenta de las cosas, nos van a pedir cuenta de las cosas que hicimos, que votamos o que no votamos mucho más cerca de lo que todos imaginan como hemos podido ver. (APLAUSOS)

Quiero decirles con esto, amigos y amigas, que estamos ante una decisión estructural del Sistema Previsional Argentino, pero también y, esencialmente, del sistema de cohesión social como el Estado en definitiva garantiza que lo va a hacer, porque cada vez, como decía antes, que hubo crisis, finalmente el Estado apareció: apareció garantizando la deuda privada en 1982 estatizándola, volvió a hacerlo en el año 2001, siempre aparece el Estado, pero el Estado aparece cuando las cajas que viene a garantizar ya han sido vaciadas, saqueadas y no hay nada. (APLAUSOS)

Por eso, es muy importante esta decisión estratégica en defensa de nuestros jubilados, de nuestros pensionados, en definitiva, de nuestro futuro y lo hacemos con la convicción, pero con la profunda tranquilidad, de ser absolutamente coherentes en todas y cada una de las decisiones y cada una de las medidas que hemos tomado.

Creo que también, aunque muchas veces no sea un valor demasiado apreciado el de la coherencia, que sigue siendo sí un importante valor político que deber ser merituado por la sociedad y por todos nosotros. (APLAUSOS)

Quiero agradecer la presencia de todos ustedes y decirles una vez más de nuestro compromiso con todos ustedes, con el país, con sus intereses, con sus trabajadores, con sus empresarios, con sus estudiantes, con sus jubilados, con sus pensionados; nadie vive una vida diciendo y proclamando lo que siempre ha pensado, lo que siempre ha hecho, aún muchas veces a costa de enfrentamientos que en el pasado me tocó tener, sin precisamente tener esa coherencia y ofrecerla como testimonio a todos los argentinos de nuestro compromiso con este país y con todos ustedes.

Quiero agradecerles y pedirles disculpas una vez más por lo apretaditos que estamos hoy aquí, pero quería hacerlo aquí, en serio, en donde realmente están los dueños de esos aportes, en la ANSES.

Muchas gracias y muy buenas tardes. (APLAUSOS)

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21 de octubre de 2008

LOS DOCENTES DE LA CABA SE MANIFIESTAN

DOCUMENTO DE LOS SINDICATOS DOCENTES DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, LEÍDO EN LA MOVILIZACIÓN FRENTE A LA JEFATURA DEL GCBA EL 15 DE OCTUBRE DE 2008

Hoy venimos a reclamar, ejerciendo nuestro legítimo derecho, pero también tenemos una responsabilidad con los alumnos, padres y con todos los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires, que consiste en explicar detenidamente porque estamos de huelga y hemos marchado hasta la puerta de la Jefatura de Gobierno.

El Ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires Licenciado Mariano Narodowski y el Jefe de Gobierno Porteño Mauricio Macri han intentado sistemáticamente tapar el conflicto educativo con mentiras y desconociendo la autenticidad del reclamo y la masividad de todos los paros y marchas docentes. Es por eso, que nosotros los docentes, estudiantes y la comunidad educativa en general ejercemos con firmeza nuestro derecho constitucional de peticionar, como lo venimos haciendo desde el retorno de la democracia, cada vez que vemos en peligro la Educación Pública.

El actual Jefe de Gobierno, en campaña electoral, ha hecho promesas en el tema educativo y no ha cumplido con ninguna de las mismas:

[*] En el mes de Enero, apenas asumido el Gobierno, quiso despedir a 12.000 trabajadores estatales contratados, muchos de ellos compañeros docentes que cumplían tareas de inclusión educativa y debido a las movilizaciones y distintos planes de lucha lo obligamos a retroceder parcialmente con esa medida arbitraria y autoritaria.

[*] Realizó un recorte abrupto en el presupuesto de las cooperadoras escolares, que como todos los aquí presentes sabemos, son un actor fundamental e indispensable en la vida de las escuelas. También y gracias a la lucha tuvo que retroceder y devolverles sus recursos originales.

[*] Todos recordaremos los momentos vividos en las escuelas cuando llegó el famoso Memorándum interno que impedía que los docentes habláramos con la prensa sin autorización previa del propio Ministro de Educación. También y consecuentemente con lo resuelto anteriormente, tuvo que retroceder y mediante una circular, que todavía estamos intentando dilucidar, se desdijo explicando que, en realidad no quiso decir lo que realmente dijo y que oportunamente quiso decir otra cosa, que no fue la que exactamente dijo.

[*] Como es de público conocimiento redujo en un 50% las becas a los estudiantes, es decir que de 60.000 que se venían otorgando, sólo se otorgaron 30.000. Luego de profunda y persistente lucha se lograron restituir 15.000 quedando todavía, como una cuenta pendiente en los reclamos, las otras 15.000, con ello lograremos que ningún estudiante en condiciones de vulnerabilidad abandone sus estudios.

[*] Durante la campaña electoral todos los docentes recibimos una carta del entonces candidato, donde nos proponía que en caso de ser gobierno iba a cumplimentar la tan ansiada desregulación de la OsBA, la Obra social más cara de la República Argentina, que nos tiene cautivos desde hace muchos años, a pesar de las Leyes y a que todos los funcionarios de ésta y otras gestiones nos dicen “tienen razón, pero marche preso.” A esto sumémosle las promesas realizadas en el mes de Marzo, cuando observábamos por Televisión la Película de la Intervención que originaría la libre opción que todavía estamos esperando infructuosamente, mientras observamos como empeora el servicio médico, eliminando todos los servicios periféricos, agudizando de esta forma la crisis de atención al afiliado. Sr. Jefe de Gobierno los docentes queremos la Libre Opción de Obra Social .

[*] Hemos observado en los últimos meses como en los comedores escolares se redujeron las raciones de carne de vaca, pollo y pescado reemplazándolas por salchichas y soja no aconsejable y hasta perjudicial, según distintos expertos, para la alimentación de nuestros niños, todo ello directamente relacionado con una aumento en el costo para el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires del 30% por cápita en dicha ración de comida, es decir que una ración pasó a costar de $ 5.50 a $ 7.20.

[*] Cuando comenzaron los reclamos enunciados, al mejor estilo intimidatorio, se solicitaron listas identificatorias; tanto de los estudiantes que reclamaban por sus becas, como de los docentes que se adherían a los paros, lo que originó el repudio de la mayoría de los directivos del Sistema educativo de la Ciudad, que con un alto grado de compañerismo, se negaron a enviarlas.

[*] En lo estrictamente salarial Macri miente cuando dice que los docentes de la Ciudad de Buenos Aires tenemos el mejor salario del país. La mayoría de las provincias han otorgado dos aumentos durante este año, lo que ha llevado a los docentes de la ciudad a quedar relegados del histórico puesto 6º en materia salarial al puesto 17º en el ranking Nacional. Le recordamos Sr. Jefe de Gobierno que el Salario Básico de un docente es de 665,60 pesos. También le informamos que hoy un docente de doble jornada en la Provincia de Buenos Aires va a cobrar este mes 2900 pesos, mientras que a igual trabajo en la Ciudad de Buenos Aires va a cobrar 1800, es decir 1100 pesos menos, lo que a la larga conllevará que los docentes de la Ciudad crucen diariamente el Riachuelo o la General Paz para conseguir una forma de vida más digna.

[*] En referencia al servicio de reconocimientos médicos (Hospital Rawson) a partir del cambio de autoridades y la asunción del muy tristemente conocido, doctor Ferranti hemos recibido toda clase de malos tratos y nos han tratado con una absoluta falta de respeto haciéndonos sentir, como parte de la política gubernamental, el no tener derecho al uso de licencia médica.

[*] Todavía no logramos, a pesar de los distintos reclamos efectuados, que nuestros compañeros que desarrollan suplencias u obtienen un interinato cobren en los tiempos pautados en las leyes vigentes, dilatando insensiblemente el cobro salarial, llegando en algunos casos a acumular hasta seis meses de trabajo sin percibir haber alguno.

Luego de los contundentes paros realizados durante este año que planteaban como exigencia la recomposición salarial a partir de Agosto del 2008, el Gobierno de la Ciudad convocó a todos los gremios docentes a una nueva ronda de la mesa de condiciones laborales y salariales donde intentó excluir del temario el motivo y la causa fundamental que originó las medidas de fuerzas enunciadas; hecho que provocó que todos los gremios docentes reclamen por nota la inclusión en dicho temario de la recomposición salarial a partir de Agosto del presente año.

El Gobierno compañeras y compañeros, no está dispuesto a discutir salarios, salvo que sea a partir de Febrero del año 2009, es por eso que hoy y mañana las escuelas estarán vacías y es por eso que hoy estamos aquí. El Jefe de Gobierno aparece en todos los medios de comunicación diciendo los horrores que provoca el haber vuelto a la inflación, pero le saca las becas a los estudiantes, disminuye la calidad en la alimentación de los chicos, no invierte en infraestructura escolar y se niega a otorgar aumento salarial a los docentes, argumentando la falta de recursos en el presupuesto de la ciudad.

Mientras tanto y por decreto este año, se aumentaron los salarios de los ministros y otros funcionarios del gobierno en tres oportunidades, Marzo, Agosto y Octubre.

Un docente de la ciudad cobra 1290 pesos, un ministro del Gobierno de la Ciudad cobra 12 mil pesos

Las organizaciones estudiantiles, las organizaciones cooperadoras y los gremios docentes no pedimos la cabeza de Macri, somos absolutamente respetuosos de la voluntad popular y defendemos los gobiernos democráticos, Lo único que estamos haciendo es exigir que se gobierne con seriedad y responsabilidad, respetando los disensos, escuchando a todos los actores de la educación, dándole respuestas a las demandas de la comunidad educativa y cumpliendo con el compromiso público de ofrecer una educación de calidad y para todos.

Queremos un salario digno, queremos aumento salarial, queremos una educación pública para todos.

Agotaremos todas nuestras fuerzas en la defensa de la escuela pública. Golpearemos todas las puertas y no aflojaremos, aunque el cansancio nos venza.

No pararemos hasta que se oigan nuestros reclamos.

No hay verdadero diálogo si una de las partes no está dispuesta a escuchar.

Fuerza compañeras y compañeros, no abandonemos la lucha.

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EL FIN DEL CAPITALISMO FINANCIERO

LA CRISIS DEL SIGLO

Los terremotos que sacuden las Bolsas del mundo desde el pasado "septiembre negro" han precipitado el fin de una era del capitalismo. La arquitectura financiera internacional se ha tambaleado. Y el riesgo sistémico permanece. Nada volverá a ser como antes. Regresa el Estado...

El desplome de Wall Street es comparable, en la esfera financiera, a lo que representó, en el ámbito geopolítico, la caída del muro de Berlín. Un cambio de mundo y un giro copernicano. Lo afirma Paul Samuelson, premio Nobel de Economía: "Esta debacle es para el capitalismo lo que la caída de la Unión Soviética (URSS) fue para el comunismo".

Se termina el período abierto en 1981 con la fórmula de Ronald Reagan: "El Estado no es la solución, es el problema". Durante treinta años, los fundamentalistas del mercado repitieron que éste siempre tenía razón, que la globalización era sinónimo de felicidad, y que el capitalismo financiero edificaba el paraíso terrenal para todos. Se equivocaron.

La "edad de oro" de Wall Street se acabó. Y también una etapa de exuberancia y despilfarro representada por una aristocracia de banqueros de inversión, "amos del universo" denunciados por Tom Wolfe en La Hoguera de las vanidades.

Poseídos por una lógica de rentabilidad a corto plazo. Por la busqueda de beneficios exorbitantes. Dispuestos a todo para sacar ganancias: ventas de corto plazo abusivas, manipulaciones, invención de instrumentos opacos, titulización de activos, contratos de cobertura de riesgos, hedge funds…

La fiebre del provecho facil se contagió a todo el planeta. Los mercados se sobrecalentaron, alimentados por un exceso de financiación que facilitó el alza de los precios.

La globalización condujo a la economía mundial a tomar la forma de una economía de papel, virtual, inmaterial. La esfera financiera llegó a representar más de 250 billones de euros, o sea seis veces el monto de la riqueza real mundial. Y de golpe, esa gigantesca "burbuja" reventó.

El desastre es de dimensiones apocalípticas. Más de 200 mil millones de euros se han esfumado. La banca de inversión ha sido borrada del mapa. Las cinco mayores entidades se desmoronaron: Lehman Brothers en bancarrota; Bear Stearns comprado, con la ayuda de la Reserva Federal (Fed), por Morgan Chase; Merril Lynch adquirido por Bank of America; y los dos últimos, Goldman Sachs y Morgan Stanley (en parte comprado por el japonés Mitsubishi UFJ), reconvertidos en simples bancos comerciales.

Toda la cadena de funcionamiento del aparato financiero ha colapsado. No sólo la banca de inversión, sino los bancos centrales, los sistemas de regulación, los bancos comerciales, las cajas de ahorros, las compañías de seguros, las agencias de calificación de riesgos (Standard&Poors, Moody's, Fitch) y hasta las auditorías contables (Deloitte, Ernst&Young, PwC).

El naufragio no puede sorprender a nadie. El escándalo de las "hipotecas basura" era sabido por todos. Igual que el exceso de liquidez orientado a la especulación, y la explosión delirante de los precios de la vivienda. Todo esto ha sido denunciado –en Le Monde diplomatique– desde hace tiempo. Sin que nadie se inmutase. Porque el crimen beneficiaba a muchos. Y se siguió afirmando que la empresa privada y el mercado lo arreglaban todo.

La administración del presidente George W. Bush ha tenido que renegar de ese principio y recurrir, masivamente, a la intervención del Estado. Las principales entidades de crédito inmobiliario, Fannie Mae y Freddy Mac, han sido nacionalizadas. También lo ha sido el American International Group (AIG), la mayor compañia de seguros del mundo. Y el secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson (ex-presidente de la banca Goldman Sachs…) ha propuesto un plan de rescate –reformado y aprobado por el Congreso de Estados Unidos– de las acciones "tóxicas" procedentes de las "hipotecas basura" (subprime) por un valor de unos 700 mil millones de dólares, que también adelantará el Estado, o sea los contribuyentes.

Prueba del fracaso del sistema, estas intervenciones del Estado –las mayores, en volumen, de la historia económica– demuestran que los mercados no son capaces de regularse por sí mismos.

Se han autodestruido por su propia voracidad. Además, se confirma una ley del cinismo neoliberal: se privatizan los beneficios pero se socializan las pérdidas. Se hace pagar a los pobres las excentricidades irracionales de los banqueros, y se les amenaza, en caso de que se nieguen a pagar, con empobrecerlos aun más.

Las autoridades estadounidenses acuden al rescate de los "banksters" ("banquero-gangster") a expensas de los ciudadanos. Hace unos meses, el presidente Bush se negó a firmar una ley que ofrecía una cobertura médica a nueve millones de niños pobres por un costo de 4 mil millones de euros. Lo consideró un gasto inútil. Ahora, para salvar a los rufianes de Wall Street nada le parece suficiente.

Socialismo para los ricos, y capitalismo salvaje para los pobres. Este desastre ocurre en un momento de vacío teórico de las izquierdas. Las cuales no tienen "plan B" para sacar provecho del descalabro. En particular las de Europa, agarrotadas por el choque de la crisis. Cuando sería tiempo de refundación y de audacia.

¿Cuanto durará la crisis? "Veinte años si tenemos suerte, o menos de diez si las autoridades actúan con mano firme", vaticina el editorialista neoliberal Martin Wolf (Anagrama, Barcelona, 1995).

Si existiese una lógica política, este contexto debería favorecer la elección del demócrata Barack Obama (si no es asesinado) a la presidencia de Estados Unidos el 4 de noviembre próximo. Es probable que, como Franklin D. Roosevelt en 1930, el joven Presidente lance un nuevo "New Deal" basado en un neokeynesianismo que confirmará el retorno del Estado en la esfera económica.

Y aportará por fin mayor justicia social a los ciudadanos. Se irá hacia un nuevo Bretton Woods. La etapa más salvaje e irracional de la globalización neoliberal habrá terminado.

por Ignacio Ramonet

Publicado en Le Monde diplomatique, España|7-10.2008

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LA AUSENCIA FOSFORESCENTE

"Uno vive el presente como si toda una historia confluyese sobre ese presente, y el presente fuese como una suerte de consumación de todo un proceso histórico" dijo Nicolás Casullo a su entrevistador.

Como un sabio gurú, quien fuera hasta hoy uno de los mas lúcidos exponentes contemporáneos de esa rara clase de intelectuales con autoridad, era consultado por sedientos de análisis y perspectiva para tentar el trazo del mapa que llevara a la salida del "laberinto argentino".

Pero aunque fuese generoso en su docencia nunca aceptó jugar el papel de oráculo para el que lo acreditaban su trayectoria y su obra.

A sus 64 años se propuso y conformó, junto a otros pares, un espacio para desarrollar orgánicamente el debate, la confrontación y la circulación de las ideas, que estaba vacante en la sociedad argentina. Sin prejuicios; sin preconceptos y sin miedo de asumir el compromiso, ese espacio tomó el nombre de su característica y transparente forma de compartir el pensamiento: carta abierta. Su legado.

Además, de sus novelas exquisitas, sus ensayos profundos y sus artículos elocuentes; y de la cátedra de comunicación social, que tendrá un vacío insustituible en las universidades de Buenos Aires y de Quilmes, donde este crítico feroz y minucioso formaba en el pensamiento crítico y propositivo a una nueva generación de comunicadores que no se soñaran estrellas de los medios.

Muchos de esos medios que hoy reducen su perfil, el de uno de los pensadores mas influyentes sobre dos generaciones en Argentina y latinoamérica, a la simplificación parcialista e intencionada de "intelectual kirchnerista". Nicolás Casullo discutió el lenguaje y las palabras cuestionando los paradigmas dominantes de la sociedad contemporánea.

La crónica dirá que el director de la revista "Pensamiento de los Confines" y autor de "París 68. Las escrituras, el recuerdo y el olvido","La comunicación, una democracia difícil", "El debate modernidad-posmodernidad", y "Las Cuestiones", su último libro, entre muchos otros, falleció el 9 de octubre de 2008 al día siguiente de ser internado en una clínica porteña y que sus restos fueron despedidos merecidamente en la biblioteca nacional.

Pero poco, de esa ausencia fosforescente que dejan los que, a decir de Bertolt Bretch, son imprescindibles.

Por Ariel Magirena para Visión 7. Noticiero de la Televisión Pública

Publicado por Comisión de Medios Audiovisuales en Carta Abierta|9-10-08

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10 de octubre de 2008

CARTA DE PERON POR LA MUERTE DEL CHE

Compañeros: con profundo dolor he recibido la noticia de una irreparable perdida para la causa de los pueblos que luchan por su liberación.

Quienes hemos abrazado este ideal, nos sentimos hermanados con todos aquellos que en cualquier lugar del mundo y bajo cualquier bandera, luchan contra la injusticia, la miseria y la explotación.

Nos sentimos hermanados con todos los que con valentía y decisión enfrentan la voracidad insaciable del imperialismo, que con la complicidad de las oligarquías apátridas apuntaladas por militares títeres del pentágono mantienen a los pueblos oprimidos.

Hoy ha caído en esa lucha, como un héroe, la figura joven mas extraordinaria que ha dado la revolución en Latinoamérica: ha muerto el Comandante Ernesto Che Guevara.

Su muerte me desgarra el alma porque era uno de los nuestros, quizás el mejor: un ejemplo de conducta, desprendimiento, espíritu de sacrificio, renunciamiento.. La profunda convicción en la justicia de la causa que abrazó, le dió la fuerza, el valor, el coraje que hoy lo eleva a la categoría de héroe y mártir.

He leído algunos cables que pretenden presentarlo como enemigo del Peronismo. Nada más absurdo. Suponiendo fuera cierto que en 1951 haya estado ligado a un intento golpista, ¿qué edad tenía entonces?

Yo mismo, siendo un joven oficial, participé del golpe que derrocó al gobierno popular de Hipólito Irigoyen. Yo también en ese momento fui utilizado por la oligarquía.

Lo importante es darse cuenta de esos errores y enmendarlos. ¡Vaya si el Che los enmendó! En 1954, cuando en Guatemala lucha en defensa del gobierno de Jacobo Arbenz ante la prepotente intervención armada de los yanquis, yo personalmente dí instrucciones a la cancillería para que le solucionaran la difícil situación que se le planteaba a ese valiente joven argentino; y fue así como salió hacia México.

Su vida, su epopeya, es el ejemplo más puro en que se deben mirar nuestros jóvenes, los jóvenes de toda América Latina.

No faltarán quienes pretendan empalidecer su figura. El imperialismo temeroso del enorme prestigio que ya había ganado en las masas populares; otros, los que no viven las realidades de nuestros pueblos sojuzgados. Ya me han llegado noticias de que el Partido Comunista Argentino, solapadamente, está en campaña de desprestigio. No nos debe sorprender ya que siempre se ha caracterizado por marchar a contramano del proceso histórico nacional. Siempre ha estado en contra de los movimientos nacionales y populares. De eso podemos dar fe los peronistas.

La hora de los pueblos ha llegado y las revoluciones nacionales en Latinoamérica son un hecho irreversible. El actual equilibrio será roto porque es infantil pensar que se pueden superar sin revolución las resistencias de la oligarquía y de lo monopolios inversionistas del imperialismo.

Las revoluciones socialistas se tienen que realizar; que cada uno haga la suya, no importa el sello que ella tenga. Por eso y para eso, deben conectarse entre sí todos los movimientos nacionales, en la misma forma en que son solidarios entre sí los usufructuarios del privilegio.

La mayoría de los gobiernos de América latina no van a resolver los problemas nacionales sencillamente porque no responden a los intereses nacionales. Ante esto, no creo que las expresiones revolucionarias verbales basten. Es necesario entrar a la acción revolucionaria, con base organizativa, con un programa estratégico y tácticas que hagan viable la concreción de la revolución. Y esta tarea, la deben llevar adelante quienes se sientan capaces.

La lucha será dura, pero el triunfo definitivo será de los pueblos. Ellos tendrán la fuerza material circunstancialmente superior a la nuestra; pero nosotros contamos con la extraordinaria fuerza moral que nos da la convicción en la justicia de la causa que abrazamos y la razón histórica que nos asiste.

El Peronismo, consecuente con su tradición y con su lucha, como Movimiento Nacional, Popular y Revolucionario, rinde su homenaje emocionado al idealista, al revolucionario, al Comandante Ernesto Che Guevara, guerrillero argentino muerto en acción empuñando las armas en pos del triunfo de las revoluciones nacionales en Latinoamérica.

24 de Octubre 1967

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8 de octubre de 2008

LA CRISIS DE WALL STREET Y EL ROL DEL ESTADO

Cuando asistimos a los efectos de una crisis como la de Wall Street o las nuestras de los años 1989 o 2000 / 2001, brota siempre el mismo interrogante: ¿es que no pudieron evitarse? La respuesta podría ser obvia en nuestro caso, habida cuenta de la baja calidad de gestión pública que nos distingue y la constante adopción de políticas inapropiadas para encarar alternativas de crecimiento y desarrollo.

Pero el caso que protagoniza la primera economía del mundo nos deja en manifiesta perplejidad. ¿También allí el desgobierno ha sentado sus reales casi como un contagio latino?

De inmediato surgen los ejemplos de la crisis del ’30, sus consecuencias en la economía de los países y las medidas adoptadas para tratar de moderar sus efectos. Todas tienen en común que las salidas de las crisis demandaron una mayor intervención estatal a través de medidas de emergencia.

No es casual, entonces, que ante circunstancias como la actual reaparezcan, renovadas, las polémicas sobre el mercado y el Estado y sobre regulación e intervención. Y es forzoso que así ocurra porque las crisis mencionadas reconocen, en alguna medida, la falla de controles y regulaciones por un lado, como por el otro la prevalencia de iniciativas empresarias que dejan a un costado la recomendable práctica de la autorregulación. A la hora de inventar ingenierías financieras cada vez más alejadas de la base de sustentación que las respalda, la seguridad abre paso a lo imprevisible.

Debemos recordar que el Estado es lo que da origen a la nación y constituye base del orden social moderno. Sin Estado que vele por los intereses del todo, asegure el cumplimiento de la ley, el bienestar común, el orden público y la administración de los recursos es impensable que una sociedad pueda subsistir.

Gráficamente, el Estado se manifiesta como un “haz de instituciones combinadas”, como describe un filósofo ya clásico, limitadas por la ley y sus respectivas reglamentaciones. Fruto de regulaciones específicas y de leyes básicas es que se articula la existencia del mercado cuyo epicentro funcional lo constituye la libertad de los individuos. A través del mercado es que conectan productores de bienes y consumidores y la señal directa de esta relación es el precio. Rasgo distintivo de una economía de producción, la señal de precios permite proyectar a largo plazo la conveniencia o no de concretar inversiones productivas.

Las emergencias han echado mano de los controles más diversos y, de una manera u otra, siempre han procurado limitar precios. Pero un recurso que debiera ser tan transitorio como la emergencia conspira directamente contra el crecimiento de una economía si se lo adopta como una política permanente.

Por consiguiente, Estado y mercado, lejos de oponerse, son las dos caras de una misma moneda. Una no existe sin la otra. Surge entonces la cuestión: ¿cuánto de mercado y cuánto de Estado? No existen recetas al respecto como no sea establecer límites a cada uno para que el Estado no se convierta en una permanente restricción y obstáculo para la libre iniciativa, ni que carezca de las debidas regulaciones y controles que eviten los excesos del mercado. Y la crisis de Wall Street, todo indica, tiene que ver más con esta segunda cuestión.

Fuerte será entonces la tentación de volver a definiciones que ya conocimos en épocas pasadas, como si se tratara de una lucha permanente entre dos concepciones que, irremediablemente están condenadas a complementarse mutuamente. Más en esta crisis de Wall Street, cuyo origen radica en la industria bancaria. Más concretamente en la de inversión. Una categoría que desconocemos aquí y que, sin dudas, requerirá, si es que continúa existiendo, de regulaciones eficaces en defensa de los ahorros de la gente.

Tanto para evitar que queden licuados por los quebrantos de inversiones con riesgos sin límites como para impedir que los contribuyentes vean crecer los tributos para paliar las consecuencias de tanto desatino. Y de esto se trata. Que el Estado sea lo suficientemente ágil para prevenir y regular tanto como para estimular que oferta y demanda puedan expresarse con la menor restricción aconsejable.

Nosotros tenemos una vasta trayectoria de experiencias desastrosas, consecuencia de los ensayos de política económica más aventurados. Una característica básica los unía, todos estaban a contrapelo de lo que las economías desarrolladas practicaban. O bien intervenimos hasta en los detalles en todo el quehacer de la vida económica y productiva o bien postulamos que el Estado estaba prácticamente de más.

El Estado tiene el deber de regular las relaciones comerciales de los individuos, fijando derechos y obligaciones, generando mercados donde se compita e impidiendo las formaciones monopólicas, las concentraciones capaces de neutralizar la libre concurrencia y creando los organismos regulatorios que fijen precios a servicios que, por definición, constituyen monopolios.

Llegamos aquí a un punto especialmente sensible que afecta directamente a la economía real como es el caso de la autoridad competente para administrar la regulación de que se trate. Indispensable es la idoneidad de los responsables por su calificación profesional, de modo que los organismos que conforman las instituciones del Estado estén integrados por personas que cuenten con adecuada calificación profesional. No basta con establecer normas sino que hay que saber aplicarlas, una capacidad que demanda criterio y transparencia.

Así, cada organismo podrá adquirir credibilidad, una calificación que asegura justicia y equidad en las decisiones. Máxime, cuando situaciones de emergencia demandan intervención por parte del Estado para superar el trance de excepcionalidad que una crisis es capaz de provocar, de modo que las medidas de excepción que deban ser dictadas, aseguren justicia y equidad a todos los ciudadanos. Son estas instancias las más tentadoras para que lo que debiera ser una medida transitoria destinada a asegurar aprovisionamientos y contención de precios básicos para el consumo se transforme en algo permanente. Si éste fuera el caso, una vez superada la emergencia estaríamos inaugurando un nuevo capítulo intervencionista, con todas las consecuencias y derivaciones que ya hemos conocido en otras épocas.

Regular e intervenir son dos facultades del Estado que deben administrarse con sentido de justicia, equidad y necesidad. Es antieconómico regular por la regulación misma o, mucho más, intervenir limitando el potencial creativo y productivo de una nación. Pienso en numerosos órganos regulatorios que se están convirtiendo en verdaderas máquinas de restringir capacidades en vez de estimularlas.

De la misma manera, existen otros con acreditada capacidad de regular e intervenir en la medida de lo necesario para asegurar el correcto funcionamiento del área respectiva. Buen ejemplo de este desempeño lo exhibe el Banco Central, que ha ganado aquí y en el exterior un merecido prestigio por sus medidas inobjetables, oportunas y de una solvencia técnica reconocida.

Tan necesaria es la presencia de un Estado regulador enmarcado en principios de libre competencia como de especial peligrosidad un Estado intervencionista conducido hacia un control arbitrario de decisiones que son propias de la empresa privada en tiempos de normalidad. La crisis de Wall Street nos va a repercutir y, en lo posible, debemos procurar adelantarnos con medidas apropiadas a los diagnósticos que se proyectan. No necesariamente las mismas debieran fundarse en más y nuevas intervenciones. Bien pudiera ser que resulte beneficioso revisar decisiones que limitan capacidades modificándolas por otras más apropiadas para dejar que se manifiesten potencialidades productivas con beneficio para todos.

Estoy convencido de que la Argentina exhibe un potencial cuya real expresión está contenida como por chalecos de fuerza. Tampoco tengo dudas de que los efectos externos de la crisis de Wall Street nos van a afectar, pero por otra parte también estoy seguro que pueden abrirse nuevas oportunidades que no debiéramos dejar pasar.

Para ello debemos estar preparados, evitando que los perjuicios nos tomen por sorpresa y las oportunidades no puedan aprovecharse por no habernos preparado a tiempo. Capacidad de prevenir y capacidad de anticipación son cualidades básicas de un Estado eficaz y plenamente comprometido con el desarrollo de una nación.

Por Héctor Méndez

Publicado en El Argentino.com|6/10/08

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